miércoles, 25 de agosto de 2021

De esos días

 Hoy es de esos días en los que el corazón manda más que tu cabeza, de esos en los que vas caminando como un zombie con la mirada perdida y el corazón en la mano, de esos en los que la tristeza llena de heridas todo tu cuerpo haciendo que solo respirar sea un reto.

Hoy es de esos días en los que necesito tu risa, tus brazos, tus palabras, de esos en los que solo quiero que mi cama me engulla para siempre, de los que al abrir los ojos suspiro con el corazón roto y el cuerpo dolorido, de esos en los que en mi corazón y cabeza solo tiene nubarrones y en mis ojos no para de llover.

Hoy es de esos días en los que realmente necesito un "todo estará bien" acompañado de un abrazo de los que te encogen el corazón y te reinician el alma, de esos en los que no quieres ver a nadie porque cinco minutos sin derramar una lágrima es un reto y los demonios de tu cabeza no dejan de apretar el nudo de tu garganta, hoy es de esos días en los que solo te necesito a ti conmigo.





viernes, 20 de agosto de 2021

Tan rota

 Tan rota que sus propios cristales rasgan su corazón para salir de ese caos que habita en su interior, tan rota que caminar le duele y sonreír le quema la piel.

 Ella está tan destruida que cada vez que intenta mirar al frente se consume, tan dolida que nadie puede arreglarla, tropezó con la piedra una y otra vez pensando que esta vez sería diferente, que agarrarías su mano antes de caer, que reconstruirías sus alas rotas y la enseñarías a emprender el vuelo.

 Ella también aprendió que nadie evitaría sus tropiezos, que nadie tendería la mano para levantarla junto con su corazón hecho pedacitos y que tampoco nadie le ayudaría a reconstruirlo pieza por pieza, que nadie se detendría a oír los cristales rotos que resonaban en su corazón como el eco, que no tocarían su corazón, pero si su piel y que nadie dedicaría tiempo en remendar sus heridas.

 Aprendió a levantarse sola, a pegar los pedacitos de su corazón con sus propias lágrimas, aprendió a escucharse a sí misma, a sacar los cristales rotos de cada recoveco de su interior, se sentó con sus demonios a remendar sus heridas y a plantarle cara a la vida, guardo su corazón en una caja fuerte, cosió sus alas y echo a volar, lejos, muy lejos del dolor, lejos de las falsas promesas y se prometió a sí misma que cuando volviera a reír lo haría más fuerte que nunca, que no dejaría a nadie abrir su caja fuerte, que nadie jamás volvería para romperla en mil pedacitos y ya no volvería a estar tan rota, tan vacía.