sábado, 5 de agosto de 2017

Entrañas de un cuerpo inerte.

Una canción que se repite, un cigarrillo consumiéndose como lo hace mi corazón que ya no se si llamarlo así porque cada remiendo lo hace diferente, especial.

Y llegaste tu cambiándolo todo a su paso, sanando a todos los trocitos rotos de este corazón malherido con cada uno de tus abrazos, llenando a mi órgano vital de cariño y esperanza y colmando a mi cuerpo de ilusión con cada roce de tu piel.

Para luego volverlo a romper y seguidamente arreglarlo con unas de tus sonrisas como si nada hubiese pasado; y así es como rompes y arreglas a mi corazón tantas veces al día y luego no sabes si besarle o dejarlo roto.

No sabes si acariciar sus latidos o destruir cada uno de ellos sin la mas mínima compasión, ignorando todo lo que puedas hacerme sentir y prestandole mas atención a tu egoísmo, así como tampoco sabes si quedarte a mi lado o salir huyendo como tantas veces hiciste, dejando al núcleo de mi cuerpo totalmente envuelto en oscuridad esperando a que vuelvas con tu luz para rescatarlo.

Y así es como mi corazón se convirtió en marioneta ignorando a todo lo demás y absorbiendo cada rayo de luz que tu le dabas, y él que se mueve con cada latido no se percata que aquello mismo que le hacia feliz le destruía lentamente haciéndole quebrar en mil pedazos.

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