Quizás hoy sea unas de esas noches en las que me es imposible conciliar el sueño y no es precisamente porque mi vida sea la mas emocionante ni mucho menos un cuento de hadas.
Alguien alguna vez me dijo que de errores se aprenden, es la típica frase que te pasas toda la vida escuchando, y si, quizás yo sea el ser humano mas torpe del planeta porque no dejo de tropezar, no con la misma piedra pero si en el mismo camino. Lo peor de todo es que esas piedras no me permiten una tregua y continúan haciéndome tropezar una y otra vez sin compasión. La verdad es que aun no termine de entender a esas piedras que van prometiéndote un camino de rosas y al final resultan ser como todas.
Hace tiempo que deje de creer en la humanidad o quizás el fallo sea mío por confiar demasiado y no ver que todas las rosas tienen espinas y que no todo lo que es oro reluce. Quizás todo lo bueno haya acabado, ya nadie expresa sus sentimientos, nadie besa realmente cuando el corazón lo pide a gritos, un paseo bajo las estrellas o un te quiero susurrado al oído cuando de verdad se siente.
El mundo cada día cambia mas, tal vez el egoísmo le haya quitado el puesto al amor y nadie pretende hacer nada para cambiarlo o quizás yo sea una romántica sin remedio. De verdad que a veces siento las inmensas ganas de dormirme y que me despierten cuando todo esto haya acabado.
viernes, 5 de agosto de 2016
lunes, 6 de junio de 2016
Invierno anticipado.
Por aquí ahora llueve y hace frío, cada cicatriz se desliza por mi piel habitando en cada rincón de mi corazón, pero yo sigo aquí riendo a carcajadas como si el mundo no se derrumbara junto a las estrellas cada noche después de otra batalla más perdida.
Una vez se llevaron lo más bonito que cualquier persona tiene: La risa. Esa con la que le decías a todos que todo iba a estar bien, pero...¿y ahora? ahora solo me apetece romper todos esos relojes que marcan sus tristes tic-tac segundo tras segundo sin poder volver a recuperarlos.
Hay veces en las que nadie se molesta en arreglarte, tu solo vuelves a remendar tus alas para dar paso a un nuevo capitulo de ese jodido libro que parece desgraciadamente interminable pero que de alguna manera u otra alguien algún día leerá a tu lado y sabrá como sanar las agujas rotas de tu corazón.
Una vez se llevaron lo más bonito que cualquier persona tiene: La risa. Esa con la que le decías a todos que todo iba a estar bien, pero...¿y ahora? ahora solo me apetece romper todos esos relojes que marcan sus tristes tic-tac segundo tras segundo sin poder volver a recuperarlos.
Hay veces en las que nadie se molesta en arreglarte, tu solo vuelves a remendar tus alas para dar paso a un nuevo capitulo de ese jodido libro que parece desgraciadamente interminable pero que de alguna manera u otra alguien algún día leerá a tu lado y sabrá como sanar las agujas rotas de tu corazón.
jueves, 12 de mayo de 2016
Vivir es aprender.
Soy un caos de persona, exactamente ese caos que entra en tu vida revolucionando todos tus sentimientos, ese caos que es imposible de entender, aunque a estas alturas ya no necesito que me entiendan. Busco a un espectador, si, un espectador que me vea caer desde lo mas alto, que no me dé alas, no las quiero, me gusta ver el mundo desde aquí abajo, que me vea deshacerme y luego resurgir de mis propias ruinas, alguien que no me tienda la mano cuando caigo, solo alguien que en silencio no me deje caer sin mas.
Soy ese tipo de persona que habla con la mirada y mira con el corazón, aquella que es capaz de bailar Rock and roll a las dos de la madrugada y en un día de lluvia recitarte un poema o quizás hacerte llorar pero solo de la risa. Soy algo así como una especie de extinción dulce y a la vez amarga, fría y distante a la par que cercana, bipolar y alocada. No pretendo gustarle a nadie hace tiempo que deje de creer que para ser feliz necesitas caerle bien a todo el mundo, tampoco creo en eso de las medias naranjas, Jhon Lennon me enseñó que todos somos una naranja completa y no necesitamos la mitad de otra para ser felices.
No bailo bajo la lluvia, pienso que las gotas de aguas disfrazan muy bien la tristeza incluso, puedes gritar cuando hay tormenta, sentirse libre ya no es un sueño es una realidad diaria, soy aquella que llora y a la vez tengo mi mejor sonrisa dibujada y es porque me enseñaron que no hay que dejar de sonreír nunca porque hay personas que se alimentan de tu sonrisa.
Con el tiempo he aprendido que hay que hacer feliz al mayor número de personas posible sin herir a ninguna minoría, a no señalar a nadie antes de mirarme en un espejo, he aprendido que a pesar de los golpes la vida es hermosa a su manera, que después de la lluvia siempre sale el arcoíris y que todo lo que sueñas se puede hacer realidad con la constancia adecuada, dejé de llorar por quien no me quiere o no me acepta y empecé a abrazar a esas personas que me regalan un trozito de su corazón y aún me quedan pedacitos de sobra para arreglar tu corazón sellándolo con sonrisas y haciéndolo latir alimentándolo de las mejores carcajadas. Pero lo que de verdad he aprendido en este corto y a la vez largo viaje es a no rendirme y a amar, si, amar por encima de todas mis posibilidades, no hay nada más bonito que eso, al fin y al cabo nadie se lleva cosas materiales al final del camino solo recuerdos y amor, mucho amor. Por lo que, si es lo que te va a quedar no temas a darlo todo, no temas a sentir, no temas a vivir.
Soy ese tipo de persona que habla con la mirada y mira con el corazón, aquella que es capaz de bailar Rock and roll a las dos de la madrugada y en un día de lluvia recitarte un poema o quizás hacerte llorar pero solo de la risa. Soy algo así como una especie de extinción dulce y a la vez amarga, fría y distante a la par que cercana, bipolar y alocada. No pretendo gustarle a nadie hace tiempo que deje de creer que para ser feliz necesitas caerle bien a todo el mundo, tampoco creo en eso de las medias naranjas, Jhon Lennon me enseñó que todos somos una naranja completa y no necesitamos la mitad de otra para ser felices.
No bailo bajo la lluvia, pienso que las gotas de aguas disfrazan muy bien la tristeza incluso, puedes gritar cuando hay tormenta, sentirse libre ya no es un sueño es una realidad diaria, soy aquella que llora y a la vez tengo mi mejor sonrisa dibujada y es porque me enseñaron que no hay que dejar de sonreír nunca porque hay personas que se alimentan de tu sonrisa.
Con el tiempo he aprendido que hay que hacer feliz al mayor número de personas posible sin herir a ninguna minoría, a no señalar a nadie antes de mirarme en un espejo, he aprendido que a pesar de los golpes la vida es hermosa a su manera, que después de la lluvia siempre sale el arcoíris y que todo lo que sueñas se puede hacer realidad con la constancia adecuada, dejé de llorar por quien no me quiere o no me acepta y empecé a abrazar a esas personas que me regalan un trozito de su corazón y aún me quedan pedacitos de sobra para arreglar tu corazón sellándolo con sonrisas y haciéndolo latir alimentándolo de las mejores carcajadas. Pero lo que de verdad he aprendido en este corto y a la vez largo viaje es a no rendirme y a amar, si, amar por encima de todas mis posibilidades, no hay nada más bonito que eso, al fin y al cabo nadie se lleva cosas materiales al final del camino solo recuerdos y amor, mucho amor. Por lo que, si es lo que te va a quedar no temas a darlo todo, no temas a sentir, no temas a vivir.
martes, 5 de abril de 2016
Yo no me enamoré, me hiciste tuya.
Y no me enamoré de sus ojos, me enamoré de su mirada perdida, no me cautivó su voz sino su silencio, no me fijé en su cuerpo porque decidí recorrer cada cicatriz.
Ni siquiera me enamoré de su sonrisa, me prendaron sus lágrimas, no me gustaba su alegría, me gustaban sus ruinas, esas que pasaban a ser la más hermosa escultura cada vez que le abrazaba.
Entonces sientes que no te enamoras de su cuerpo, ni siquiera sus manías y es cuando una noche descubres que no sabes que es lo que realmente te enamoró de él, pero tienes cada momento guardado en tu cabeza, sobran fotos para acordarte de cada uno de ellos pues los mejores recuerdos se guardan en el corazón. Y de repente piensas en su sonrisa y sin quererlo sonríes, recuerdas su voz y te estremeces y entonces es ahí cuando te das cuenta de que realmente estas jodida, porque joder...No sabes que fue lo que te enamoró pero no hay persona encima de la tierra que te haga sonreír como lo hace él.
Ni siquiera me enamoré de su sonrisa, me prendaron sus lágrimas, no me gustaba su alegría, me gustaban sus ruinas, esas que pasaban a ser la más hermosa escultura cada vez que le abrazaba.
Entonces sientes que no te enamoras de su cuerpo, ni siquiera sus manías y es cuando una noche descubres que no sabes que es lo que realmente te enamoró de él, pero tienes cada momento guardado en tu cabeza, sobran fotos para acordarte de cada uno de ellos pues los mejores recuerdos se guardan en el corazón. Y de repente piensas en su sonrisa y sin quererlo sonríes, recuerdas su voz y te estremeces y entonces es ahí cuando te das cuenta de que realmente estas jodida, porque joder...No sabes que fue lo que te enamoró pero no hay persona encima de la tierra que te haga sonreír como lo hace él.
Disfruta de los pequeños momentos.
Aprendamos a valorar más las cosas sentimentales, valoremos más cada detalle, cada abrazo, cada mirada acompañada de una sonrisa. Robemos más besos y menos ropa, demos por la espalda más abrazos y menos puñaladas, que sean más las sonrisas y menos los llantos, que decaigan las llamadas y se convierta en costumbre las miradas junto a un café, regalemos flores y no fotos, sorprendamos con mas visitas inesperadas y dejemos la ultima conexión a un lado. Y es que hoy en día es muy barato el amor y los "Te quiero" ya se regalan. Hablemos más cara a cara, acostumbrémosno a mirarnos a los ojos y dejemos a un lado esas charlas tras la pantalla. Miremos más el corazón y menos el envoltorio. Disfrutemos de los buenos momentos en compañía, de esos sucesos inesperados; los que un objetivo no puede inmortalizar, no pensemos tanto y relajemos el corazón que el estrés ya acampa a sus anchas en cada rincón del mundo. Regala canciones en vez de pensamientos hostiles. Disfrutemos de la vida a nuestro modo que vida solo hay una y los días son fugaces.
miércoles, 10 de febrero de 2016
Cuando callo pienso.
Me gustaba estar a su lado, sentirme pequeña junto a él. Me encantaba cada vez que me miraba y me hacia apartar la mirada, temía que en mis ojos descubriera lo revoltoso que mi corazón estaba, temía acercarme a él por si notaba que el nerviosismo se apoderaba de todo mi cuerpo, rompiendo en un temblor de inmensa felicidad. Me encantaba verle sonreír, eso me volvía completamente loca, aquella sonrisa amplia acompañada de mucha dulzura conseguía que mis ojos brillaran.
Y cuando su mano rozaba la mía un extraño escalofrío recorría cada rincón de mi cuerpo, su mirada provocaba en mi una sonrisa de completa idiota. podría pasarme horas disfrutando de su presencia y jamas me cansaría. Me apasionaba su voz, aquella que ponía mi piel de gallina, mis ojos se clavaban en sus carnosos labios mientras cada palabra resonaban en ellos como la mas dulce melodía, que provocaban a los míos, que pedían a gritos ser besados por esos labios deseables.
Sabia perfectamente que el día que nuestros labios se rozaran mi mundo completo temblaría y mi corazón entraría en un profundo coma hasta que abriera los ojos y estos se percataran de que había sido real y no una simple alucinación.
Me gustas tu, con tu caminar, tu mirada tímida, tu sonrisa dulce y la forma en la que me demostrabas que cada segundo a tu lado realmente merecían la pena. Yo que le temía al amor, había tirado la toalla en eso de sentir, y ahora vienes tu, con esa perfecta sonrisa, con esa dulzura que inunda a mi corazón de felicidad, con tu forma de ser que vuelves aun mas a mi mundo patas arriba, cómo no voy a pensar en ti, si me has devuelto la ilusión en cada amanecer y que no cese de querer una vida envuelta en tus brazos, que junto a ti estoy segura de que el tiempo volará, pero ya soló con tus besos me importarían demasiado poco aquellos entrometidos tic-tac del reloj, que me vuelvo música al tempo de mi corazón empujando por la dulzura de tus labios, todo esto y mucho más es lo que pienso, cuándo te veo, cuándo... callo.
Y cuando su mano rozaba la mía un extraño escalofrío recorría cada rincón de mi cuerpo, su mirada provocaba en mi una sonrisa de completa idiota. podría pasarme horas disfrutando de su presencia y jamas me cansaría. Me apasionaba su voz, aquella que ponía mi piel de gallina, mis ojos se clavaban en sus carnosos labios mientras cada palabra resonaban en ellos como la mas dulce melodía, que provocaban a los míos, que pedían a gritos ser besados por esos labios deseables.
Sabia perfectamente que el día que nuestros labios se rozaran mi mundo completo temblaría y mi corazón entraría en un profundo coma hasta que abriera los ojos y estos se percataran de que había sido real y no una simple alucinación.
Me gustas tu, con tu caminar, tu mirada tímida, tu sonrisa dulce y la forma en la que me demostrabas que cada segundo a tu lado realmente merecían la pena. Yo que le temía al amor, había tirado la toalla en eso de sentir, y ahora vienes tu, con esa perfecta sonrisa, con esa dulzura que inunda a mi corazón de felicidad, con tu forma de ser que vuelves aun mas a mi mundo patas arriba, cómo no voy a pensar en ti, si me has devuelto la ilusión en cada amanecer y que no cese de querer una vida envuelta en tus brazos, que junto a ti estoy segura de que el tiempo volará, pero ya soló con tus besos me importarían demasiado poco aquellos entrometidos tic-tac del reloj, que me vuelvo música al tempo de mi corazón empujando por la dulzura de tus labios, todo esto y mucho más es lo que pienso, cuándo te veo, cuándo... callo.
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