Querido corazón hoy te escribo para pedirte que le olvides, si, a esa persona a la misma que me paso horas pensando, la misma que hoy clava puñales y mañana abraza a mi corazón malherido. A esa persona que cuando me besaba quemaba mis labios y se quebraban cuando no encontraba los suyos.
Querido corazón hoy te pido que arranques cada recuerdo, el sonido de su voz, el contacto de su mano con la mía. Olvídalo, olvida cada abrazo de despedida, no lo extrañes, odiale, odiale por tantas horas desperdiciadas esperando que volvieras, por cada y unas de las lagrimas que mis ojos derramaron, por esas largas noches de desvelo esperándote. Por ti corazón y por cada una de las heridas que no te cicatrizan.
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