llena de ira me dirigí a el
- ¿que haces aquí?
- oye naza en serio perdón
-¿perdón? ¿como quieres que te perdone?
- lo siento fue un ataque de ira sabes que te quiero, y me da rabia que le prefieras a el antes que a mi
- no solo le prefiero, si no que a el le quiero y a ti no, as conseguido que te odie.
- perdoname
- aunque quisiera perdonarte no podría.
me fui rápidamente hasta la otra punta del pasillo andrea salio a correr detrás de mi.
- loqui ¿estas bien?
- no andrea, le extraño, me hace falta. agarre fuertemente el pequeño corazón de la pulsera.
- seguro que el también te necesita, no me acostumbro a verte con mala cara por las mañanas, me acostumbre a verte con una linda sonrisa apareciendo junto a el por el pasillo.
- un momento andrea.
me puse a correr por medio del pasillo hasta llegar a clase, abrí la mochila y saque mi móvil, lo desbloquee y vi que tenia un mensaje, mi corazón comenzo a acelerarse cada vez mas, lo abrí y vi que era de el.
<< princesa perdoname por hacértelo pasar mal, soy incapaz de concentrarme, no dejo de pensar en como estarás, si me extrañas, que haces en estos momentos, si te sientes mejor, te llamare después de clases te lo prometo ¡te quiero! >>
se escapo una linda sonrisa de entre mis labios, fui a responderle pero llego el maestro.
- haver chicos sentaros, Nazaret guarda el móvil si no quiere que se lo quite.
guarde el móvil bajo el pupitre, y me puse a contestarle cuidadosamente.
<< mi niño estoy bien no te preocupes por mi, estate tranquilo ¿y tu como estas? no dejo de pensar en ti, por cierto alberto volvio no preguntes como pero lo único que se es que esta aquí dando el coñazo. sabes que yo te quiero mas >>
las horas se hacían eternas, mi cabeza solo estaba con el, era incapaz de prestar atención.
- ¿Naza?
- Dime Marcos
- ¿quedamos esta tarde? solo para que me enseñes el centro de la ciudad.
- uuf..no me apetece mucho salir pero bueno, a ver dime a que hora.
- ¿ te parece bien si te recojo a las seis?
- perfecto.
sonrió, y volvió a prestar atención al maestro, yo era incapaz de prestar atención por mas que lo intentara.
el timbre sonó, el fin de la clase por fin, senti una enorme libertad, estaba impaciente por sentir mi móvil vibrar y al cojerlo escuchar su linda voz, salí a la calle en un minuto esperaba impaciente que el móvil sonara, poco después comenzo a vibrar, lo cogí y me quede completamente bloqueada
- ¿ Naza?
- mi niño.
- extrañaba tu voz.
- ¿y piensas que yo no extrañaba la tuya?
- moría de las ganas de hablar contigo
- te echo de menos
- yo también, pero sobre todo extraño tu sonrisa.
- que tonto eres.
- y oye ¿que es eso de que alberto volvió?
- ni idea solo se que a ultima hora me lo encontré en la puerta de clase y entro como si nada.
- en fin intenta pasar de el.
- se disculpo
- hombre al menos algo es algo.
- bueno.... paso de el y tu ¿que tal por hay?
- pues bien conocí a una chica que me ayuda con las tareas y tal ando un poco perdido pero ya me acostumbre.
- aams... una chica, pues nada espero que te vaya bien.
- eso espero ¿ y a ti que?
- bien, hoy quede con Marcos quiere que le enseñe el centro de la ciudad, es muy simpático siempre consigue animarme.
- pues genial.
- oye acabo de llegar a casa en cuanto llegué esta noche te llamo.
- adiós princesa, cuidate ¡te quiero¡
y yo.
abrí la puerta y subí directamente a mi habitación, no me apetecía comer, escuche la puerta de la escalera.
<< seguro que es mi madre que viene a dar la lata>> pensé.
- Nazaret abaja tengo que hablar contigo seriamente.
su voz parecía enfadada ¿que querrá?
CONTINUARA...