Hace tiempo que despierto con un nudo en la garganta y un vacío en el corazón, que no se hacia dónde voy remando y siento que me desoriento, dormir es mi mejor remedio y la música la detonante de mis lágrimas en las que cada noche me ahogo acompañada de mi insomnio.
Hace tiempo que me siento perdida, que tropiezo con mis propios pasos y me vuelvo a encontrar en el mismo punto de partida, que percibo que algo me retiene y no me permite avanzar haciendo que mi corazón se quiebre en agonía.
Hace tiempo que me siento impotente por no llegar a la meta y tropezar torpemente en el camino, que soy incapaz de mirarme al espejo y sentirme suficiente, que mi cuerpo ya no puede aguantar el peso de la mochila que me acompaña en el trayecto, llena de miedos, inseguridades, tristeza y dolor.
Hace tiempo que mi risa ya no resuena por los rincones de casa y no hace eco en el corazón, se volvió una simple mueca sin sentimiento, sin razón.
Hace tiempo que dejé en un cajón guardado todo lo que me gustaba y empecé a rodearme de soledad aun estando acompañada de personas que me adoran.
Hace tiempo que me abrace sola y dejé de pedir ayuda, aferrándome a cada partícula de esperanza, sanando cada noche mi interior con gotitas de agua salada y aprendiendo a bailar bajo ellas.