Vuelves como vuelve el frío en invierno, alterando mis sentimientos
y aturdiendo a mi corazón. Vuelves como si todo estuviera como antes y el
tiempo se hubiera parado a tus pies, como si no hubieras decepcionando a mi
corazón aquel que dio todo por ti.
Vuelves buscando de nuevo el calor de mi mirada, esperando
que mis ojos te buscaran con su brillo cada vez que despertaba a tu lado.
Vuelves buscando mis brazos, aquellos que cada noche te
rodeaban y te brindaban toda la paz y confianza cuando más lo necesitaba, haciéndote
sentir en el lugar más seguro y confortable.
Pero vuelves cuando mi corazón ya está cansado de todo aquel
esfuerzo que hizo por ti, de cada decepción, cansado de esperar y de perdonar.
Vuelves cuando mis ojos brillan de felicidad y no por ti,
cuando ya no los apaga la oscuridad.
Vuelves cuando mis brazos ya no quieren luchar por alguien
que en su día se rindió.
Vuelves, pero demasiado tarde.