Sentí cómo el corazón se me partía en pedazos cual frágil frasco de cristal, convirtiéndose en pequeñas lágrimas que corrían por mis mejillas. Sentía como si nada más me importara; no lograba entender cómo las cosas cambiaban de un día a otro.
Apenas lograba sentirlo, me iba convirtiendo lentamente en aquella persona que un pasado hubiera odiado: alguien frío, sin sentimientos; alguien incapaz de sonreír. ¿Dónde estaba aquella persona risueña, aquella chica de ojos brillantes y sonrisa infinita? ¿Dónde se escondía aquella ilusión que me mantenía cada día con esperanza? Golpe tras golpe, caída tras caída, fue transformándome en lo que soy ahora.
Intento encontrarme,mirar hacia adelante de otra manera, pero me resulta imposible volver a ser aquella chica de sonrisa dulce y repleta de sueños por cumplir, sueños que quedaron guardados en el baúl de los recuerdos.
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