solo su espejo era testigo de cada mancha, golpe y moraton que adornaba su delicada piel, intentaba ocultarlos vistiendose con ropa larga y pegada, intentaba a lejar a su pequeño de ese infierno, cada grito, cada vez que levantaba su mano era una tortura, intentaba alejarse de el, solo se dedicaba a ponerle la comida lavar su ropa cuidar de su pequeño y tenerlo todo en orden, intentaba no cruzarse con el, no se atrevia a mirarlo, a decirle ni una sola palabra. cada noche cuando escuchaba la llave se encerraba con su pequeño en la habitacion, tenia miedo y llorando se arrodillaba frente al cuadro que habia frente su cama y se ponia a rezar, recordaba esos momentos en que todo era diferente, no podia plantarle cara se sentia devil, diminuta, insignificante pero a pesar de todo le seguia queriendo.
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