lunes, 2 de enero de 2012
muriendo lentamente
hay días en los que deseas no haberte levantado, haberte quedado en la cama acurrucada protegida de el exterior, aislada de el, pero terminas sacando tus pies de la cama asustada por lo que pueda pasar, terminas entrando en contacto con la realidad, y todo empieza, esas cosas duelen empiezan a hacerte daño, tus heridas empiezan a hacerse cada vez mas grande, tu corazón empieza a rajarse cada vez mas hasta el punto de romperse por completo, tus lágrimas no dejan de salir solas de tus ojos, y la respiración se corta durante segundos, sientes que nada te importa, que solo quieres desaparecer, pero te das cuenta que... esa persona te necesita ahora mas que nunca, necesita tus palabras, tu sonrisa, tus caricias, tus abrazos, tus besos, y eres capaz de quedarte aquí sufriendo solo por hacerle feliz a el, pero llega el punto en el que terminas acostumbrándote a todo, vuelves a sonreír gracias a el, el te devuelve la vida que un día pensastes que murió.
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