se dice que de las decepciones se aprende, pero llega un momento en el que te cansa vivir rodeada de personas que a la larga te decepcionan, cansada de simular que todo está bien cuándo realmente tu interior está hecho pedazos. Y no, no necesitas a otra persona que te una esos trocitos, por que cada persona que pasó por tu vida se llevó uno de esos pedazos, ya no eres la misma, quizás sea porque un puzle no se puede completar si faltan piezas.